Como lo prometido es deuda, para que quede en el recuerdo y por escrito, en este nuestro blog oficial, además de ser digno de leer por todos los cofrades, os dejamos bajo estas líneas, el Pregón completo de esta Semana Santa 2013. Disfrutarlo todos los que no pudisteis asistir y, recordar todas las bellas e importantes palabras sobre nuestra Hermandad, todos los que tuvisteis el lujo de ser presentes de tan gloriosa noche.
PRESENTACIÓN DEL PREGONERO A CARGO DE D. JUAN LUIS
HUERTAS DÍAZ
- Rvdo Sr. Párroco de Ntra Sra de la Merced.
- Autoridades.
- Sr. Hermano Mayor, Junta de Gobierno y Cofrades de la Hermandad del Stmo
Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas y María Stma el Perdón.
- Miembros de la Comisión Permanente
de la Asociación
de Cofradías de Semana Santa.
- Hermanos Mayores y Juntas de Gobierno.
- Cofrades.
- Señoras y Señores.
No puedo comenzar esta breve intervención, sin
agradecer a la Hermandad
de la Coronación
por haberse acordado de mi persona para presentar al hombre que pregonará, un
evento tan importante para vosotros,
como es la celebración del Vigésimo aniversario fundacional de vuestra
corporación nazarena. De corazón, muchísimas gracias.
Y es que hoy, en este magnífico marco que nos regala
esta Parroquia de la Merced ;
donde a sus puertas fluirán en breves fechas, toda la pasión cofrade de esta
Ciudad Real nuestra; viene un hombre a contarnos, que hace veinte años, desde
el compromiso y desde la Fe ,
que no quiso quedarse dentro de este templo y que salió valiente a las calles,
a nuestras calles, para decir, en el más puro e inmaculado silencio, que el
Hijo de Dios, Rey celestial, Ultrajado y Coronado de espinas, se pasea desde
entonces, perdonando pecados, bajo la dulce mirada de una Madre que perdona
siempre.
Presentar a este hombre, para una persona como yo, que
lo conozco y que he trabajo a su lado, codo con codo, durante más de veinte
años, es un reto complicado, y a la vez tremendamente reconfortante. Complicado
porque es tal la dimensión y la cantidad objetivos cumplidos, así como el
numerosísimo bagaje de actos que jalonan su biografía, que puedo caer en el
tedio de tan respetable audiencia.
Pero también es reconfortante, porque me precio de
conocerlo, de saber como actúa, de como afronta los retos, en definitiva,
que después de tantos años de duro trabajo juntos, y ahora que nuestra
vinculación se ha distanciado, mantenemos, o por lo menos por mi parte así lo
es, una profunda admiración personal, adornada por una sincera amistad.
Y es que,¿Te acuerdas Pregonero, cuando nos conocimos
allá por el 1.990?. Tu venías de los brazos de una Soledad, que desde San Pedro
siempre te ha tenido cerca. Porque no puedes negar que eres mucho de la Soledad.
Habíamos coincido también, bajo la dulce mirada del
Nazareno, paseándolo en las frías madrugadas. El nos ayudó en nuestros
compromisos futuros.
De la
Virgen del Prado, que decirte. Creo que no hay nadie que te
iguale en orgullo cuando sale nuestra Patrona a inundar Ciudad Real con Su
infinito amor de madre. Yo ahí no te seguí, aunque me consta que si estás tú,
es que está en buenas manos.
Y es que como antes les decía, nos conocimos hace casi
veinticinco años, y ambos, nos fuimos enredando en el tremendo lío de organizar
una nueva Cofradía, o mejor dicho, en crear otra forma de entender esto de la Semana Santa.
¿Recuerdas aquellas noches de Tertulia, soñando lo que al poco tiempo hicimos
realidad?.
Si de algo te puedes sentir orgulloso es, de haber
puesto en el corazón de la
Ciudad Real cofrade, un pálpito nuevo, un sentimiento
distinto, una manera mucho más intensa de vivir esta maravillosa fiesta de los
sentires como es la
Semana Santa.
Y es que verte venir con esa túnica blanca de largo
capirote, es ver a un hombre que ha entregado por completo su vida a una
Hermandad, a tu Hermandad, a nuestra Hermandad de la Flagelación. Y que
bajo la mirada protectora de Ntro Padre Jesús de la Bondad y la sublime belleza
de nuestra Madre del Consuelo, déjame decirte, que esta ciudad te deberá estar
por siempre agradecida.
Los demás también estuvimos y algunos aun quedan, ¡Que
magnífico equipo formamos!. Aun recuerdo, y seguro que tu hoy lo tendrás muy
presente cuando aquel 1.992 pasamos por las puertas de este Templo…este Pasaje
llamado con desprecio, seguro que ahora nadie se acuerda de aquello, cuando
pasas cada Miércoles Santo con nuestra Hermandad envuelto entre multitudes.
Te ha gustado mucho dar a conocer aspectos y
vivencias, plasmadas todas en libros que son reflejo del tremendo conocimiento
de nuestra Semana Santa; y es que aquel “Semana Santa en Ciudad Real, Historia
de una Tradición”, nos ha servido a muchos para conocer a nuestras propias
Hermandades. Has publicado si no recuerdo mal, un total de cinco libros, así
como otros tantos cuadernos cofrades, todos de indudable contenido histórico,
formativo y vivencial.
Y de pregones, que contar a este foro de cofrades… En
los que has pronunciado, que no son pocos, has derramado tu profundo
conocimiento de las corporaciones que te cedieron la palabra. Recuerdas seguro
con tremendo cariño aquel que diste el Fuente el Fresno; como fumaba aquel buen
sacerdote. Ese fue el primero de un total de quince, entre pregones oficiales
de varios pueblos y otros de hermandades. Y algún que otro de fiestas
populares. Esto demuestra que si hay que pregonar, apostar por ti es apostar
por un excelente pregonero.
La formación también la contemplas, pues la puesta en
común de estudios e investigaciones, te ha llevado a impartir charlas y
participar en coloquios sobre temas relacionados con el mundo de la
religiosidad popular, no en vano, nuestro Sr Obispo, te designó miembro de la Comisión Diocesana
para Hermandades y Cofradías, en la que preparasteis el nuevo Estatuto Marco y la Normativa Diocesana.
Pero déjame decir que si en la Cofradía de la Flagelación , has
aportado tantas cosas, que no decir de tu labor al frente de la Asociación de Cofradías
de Semana Santa. En ella has dado una lección de cómo, desde la humildad y
desde el trabajo, podemos poner en extraordinario valor esta fiesta de la
expresión popular de la Fe.
La última misión en la que trabajamos juntos fue en la
consecución del Vigésimo Segundo Encuentro Nacional de Hermandades de
Penitencia, celebrado en Ciudad Real durante el mes de septiembre del año
2.009. Arduo, pero maravilloso trabajo, que puso a nuestra ciudad como
escaparate nacional del mundo de la Semana Santa.
Podría seguir y seguir hablando de tus virtudes, de
tus logros, personales y colectivos, pero hablar de ti es hablar de Semana
Santa, es hablar de un hombre comprometido con su Fe, y con su ciudad, es
hablar de un cofrade, que bajo un capillo blanco, ha sabido enseñarnos como
amar en plenitud esta maravillosa fiesta de los sentires.
Señoras y señores, cofrades de Ciudad Real, esta
persona que hoy se subirá a este atril, a derramar, una vez más su saber y su
cariño a esta Hermandad de la
Coronación , y por extensión a todas las demás cofradías es D.
Emilio Martín Aguirre.
Emilio, hoy la fuerte Columna de la Bondad Divina y el
Consuelo de nuestra Madre María, te darán parte de su infinito amor, para que
desde tu corazón, inundes de saber y sabor cofrade todos los rincones de esta
Iglesia, y que un Cristo Coronado de Gloria y una Niña guapa que regala
perdones por donde pasa, te darán como regalo del mismo cielo, la gracia para
contarlo.
Emilio, tuya es la palabra.
He dicho.
.
PREGÓN PRONUNCIADO POR D. EMILIO MARTÍN AGUIRRE
Rvdo. Sr. Párroco de la esta iglesia
Parroquial de Nuestra Señora del Prado más conocida por la Merced.
Señor Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Hermandad del Santísimo
Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas y Santa María del Perdón.
Excma. Sra. Dª Carmen Quintanilla, Diputada Nacional y Hermana Mayor Honoraria.
Sres. Hermanos Mayores de las Cofradías de penitencia de nuestra ciudad y
miembros de la
Comisión Permanente de la Asociación de
Cofradías.
Cofrades, señoras y señores, a todos buenas tardes.
En primer lugar quisiera mostrar mi agradecimiento a la Junta de Gobierno de la Hermandad del Santísimo
Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas y Santa María del Perdón, que en un
gesto de generosidad y confianza, hicieron recaer sobre mi su elección para
realizar este pregón de hermandad en el año que celebráis vuestro XX
Aniversario Fundacional. Gratitud que quiero transmitir de forma especial a su
Hermano Mayor Santiago García Ortega que fue la persona que me transmitió
vuestra decisión.
Hoy me encuentro entre vosotros con la osadía de venir a hablaros de
vuestra hermandad, sin pertenecer a vuestra nómina de hermanos, pero como
amante de nuestra Semana Santa y sus cofradías, os he visto nacer, salir a la
calle por primera vez y durante estos veinte años de vuestra existencia, he
seguido puntualmente las noticias que se generan en torno a vuestra cofradía, y
como no podía ser de otra manera, he presenciado vuestro desfile procesional
ya fuera la madrugada del Viernes Santo, la tarde del Jueves Santo, o ahora la
tarde del Domingo de Ramos.
Vuelve nuestra ciudad, sus Cofradías y Hermandades, a prepararse para una
celebración que tiene como objeto fundamental el núcleo central de la fe
cristiana, la
Resurrección de Cristo.
Las cofradías hacen un impagable servicio a la vida de la Iglesia , en la
imprescindible tarea pastoral evangelizadora de la ciudad. Si las hermandades y
cofradías no existieran habría urgentemente que inventarlas, ya que en muchos
casos es el único y a veces incluso el último instrumento con que cuenta
nuestra Iglesia para acercarse al hombre de la ciudad secularizada. A la vez
que rescatan valores en peligro de extinción en nuestra decadente cultura: sentido
comunitario del esfuerzo, el trabajo y el gozo, valoración del silencio y la
introspección, sentido salvífico del esfuerzo penitencial y del sufrimiento… Y
por supuesto paralizar la vida vulgar, fea y vacía que llevan muchos de
nuestros contemporáneos para poner en el centro de todo a Cristo que victorioso
se pasea por nuestras calles.
Por ello, todos los que alguna vez han estado en las calles de Ciudad Real
durante los días de Pasión sabemos que nuestra tradición semanasantera
constituye algo inigualable. No es sólo recogimiento en el silencio, no es sólo
arte en los pasos procesionales, no es sólo devoción de los miles de
penitentes, de los miles y miles de ciudadrealeños que acuden a cada procesión,
no es sólo el caminar de los costaleros, no es sólo la excepcionalidad de la
música… No. Es mucho más. En cada desfile procesional se unen siglos de
tradición, se alían la fe secular de nuestros mayores con el interés de
aquellos que han hecho posible que hoy nuestra Semana Santa cuente con la Declaración de Interés
Turístico Nacional. Se mezcla la entrega penitencial con el arte, con la
recuperación de un legado testimonial. Se encuentran, en definitiva pasado,
presente y futuro.
La ciudad entera quiere estar con sus imágenes veneradas. En las calles y
plazas de esta Ciudad Real eterna y renovada se siente la Pasión de un Cristo que
muere en el Gólgota ciudadrealeño o una Dolorosa que muestra su belleza con la
tenue luz de su candelaria.
Esta es mi Ciudad Real, que hace vibrar de emoción a mis vecinos y vecinas,
la que quiere ser embajadora de su tradición y cultura propias. Es la Ciudad Real a la que
se le escapa una lágrima al ver el discurrir su imagen querida. Es la Ciudad Real que busca
los momentos más bellos del itinerario de los pasos cofrades. Es la Ciudad Real que canta
saetas y se hace costalero en noches de incienso y marcha cofrade.
Nuestra Semana Mayor es estandarte de nuestra identidad, es la muestra
palpable de nuestra forma de ser y sentir. Y el pueblo cofrade hace de la
capital escenario perfecto del arraigo de nuestra gente.
Desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, toda la ciudad se viste
de cofrades, hermandades, costaleros, penitentes cargando en sus cuerpos y
almas el sentir y el dolor de su fe. Al paso de las tallas y el majestuoso
sonido de la música cofrade, contemplamos la entrega y devoción de una multitud
clamorosa y fiel a una forma de vivir su fe y admirada por todos. La Semana Santa de
Ciudad Real reúne todos los sentimientos y pasiones de aquellas personas que
forman y reviven y logran, cada año, que sigamos sintiendo algo distinto,
indiscutible, que nos recuerda una época en la que echarse a la calle al paso
de procesiones y saetas es un atractivo que, aparte de su referente religioso,
también hace ciudad.
Y este año es un año de celebraciones dentro de la iglesia estamos
viviendo el Año de la Fe ,
que el pasado 11 de octubre el Papa Benedicto XVI convoco para toda
la Iglesia ,
coincidiendo con el día en que se conmemoraba el 50 aniversario de la
inauguración del Concilio Vaticano II y los 20 años de la publicación del
Catecismo de la
Iglesia Católica por el beato Juan Pablo II. Además en
nuestra diócesis el presente año 2013 será un año de gracia, ya que con motivo
de la proclamación de San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia , el Sr. Obispo
solicitó a Roma la celebración de un Año Jubilar en Almodóvar del Campo, lugar
donde nació. Este fue concedido por la Santa Sede y dió comienzo el pasado 5 de
enero de 2013 y concluirá el próximo 5 de enero de 2014.
A estas celebraciones tenemos que sumar el XX Aniversario de la aprobación
de los primeros estatutos fundacionales de la Hermandad del Santísimo
Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas y Santa María del Perdón, por este
motivo como amante de la historia de nuestra Semana Santa, sus cofradías y
hermandades, me vais a permitir que os acerque un poco de vuestra historia que
seguro es desconocida para muchos de vosotros.
La idea del nacimiento de vuestra hermandad se remonta a los años ochenta
del pasado siglo XX, cuando un grupo de jóvenes adolescentes, capitaneados por
Jesús González Adanez, visitaron al entonces Obispo-Prior, D. Rafael Torija de la Fuente , para proponerle la
fundación de una nueva hermandad. Entonces era Vicario General de la Diócesis y Consiliario de
la Asociación
de Cofradías, D. José Díaz Naranjo, que al ver la temprana juventud de los
cofrades que se acercaron al Obispado, quedo sorprendido y una vez recibidos
por D. Rafael estos jóvenes, les dijo que cuando crecieran y se formaran como
cristianos, que volvieran a visitarle que les aprobaría esta nueva hermandad.
Pero este primer intento de fundar lo que hoy es vuestra hermandad, no cayó
en saco roto y pasados unos años, Jesús siguió con la idea de la fundación y el
Domingo de Resurrección de 1992 se comenzó a dar los primeros pasos. Apoyado
por el entonces párroco de este templo de Santa María del Prado (Merced), D.
Ubaldo Labrador Palomares, a quien la Hermandad de la Coronación de Espinas
le debe su existencia, ya que D. Ubaldo fue el principal valedor de esta idea,
la hizo suya y consiguió del obispado vuestro reconocimiento canónico.
Estos primeros pasos se materializaron en una reunión en Huerta Carmela,
donde unos once jóvenes se juntaron y redactaron los primeros estatutos
fundacionales. Aunque en esta reunión se barajaron varios misterios a quienes
rendir culto, entre los que se pensó el recuperar la antigua Hermandad de la Enclavación que tenía
su sede en este templo parroquial, al final se optó por el de la Coronación de Espinas,
paso que también existió en nuestra ciudad antes de la Guerra Civil Española
en la Parroquia
de San Pedro.
Es decir se optó por el pasaje de los evangélico de la pasión del
Señor relatado por San Juan, San Marcos y San Mateo. Que cuentan
como los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y
reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima
un manto de púrpura; trenzaron una corona de espinas y se la pusieron sobre su
cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le
hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; y después de escupirle,
cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él,
le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar.
La primera reunión donde se levantó acta se celebró en los salones
parroquiales el 1 de mayo de 1992, en la que quedo constituida oficialmente la
hermandad. En esta reunión se estudiaron y aprobaron los estatutos y se
constituyó la primera junta directiva fundacional, que quedo de la siguiente
manera:
Hermano Mayor, Jesús González Adanez, Vice-Hermano Mayor 1, Ramón Loro
Cambronero, Vice-Hermano Mayor 2, Ramón Fernández Expósito, Secretaria, María
del Mar Ortega Moya, Tesorero, Fernando Martín de Consuegra Martínez y Vocales:
Isabel Díaz Díaz, María Luz Zurita Bartolme, Ángela Paco Arena, Eva María
Blanco Castro y como Consiliario D. Ubaldo Labrador Palomares.
Una vez
constituida la primera junta directiva, la hermandad comenzó a trabajar en
equipo junto a los demás grupos parroquiales, llegando incluso con el tiempo a
no poder distinguirse hermandad-grupos parroquiales.
El 17 de mayo de 1993, la
Asociación de Cofradías aprobó la incorporación de vuestra
hermandad en el seno de dicha asociación, encargando la junta directiva el
primer titular al escultor ciudadrealeño Francisco Ortega Fernández,
escultor que tenía su taller en aquellos años en la calle Jacinto de
nuestra capital.
Lo que si tenia claro la junta directiva que esta imagen de Jesús, seria eventual
y que con el tiempo tendría que cambiarse. Esta primera imagen se costeo a base
de donativos y acciones como la carrera del duro, siendo bendecida el 23 de
octubre de 1993. Durante la bendición se estreno un himno a la imagen por
Javier Fernández Zuñiga, que se cantaba en todos los actos y eucaristías que
organizaba la hermandad y sería bueno el volver a recuperarlo en vuestros actos
de culto.
Previamente
a la bendición, el 27 de septiembre, el Señor Obispo-Prior, D. Rafael Torija de
la Fuente aprobaría
los primeros estatutos.
A raíz de esta aprobación la junta continúo trabajando para poder
procesionar por primera vez en Semana Santa, una vez que la Asociación de Cofradías
diera el visto bueno el 13 de octubre de 1993 a que procesionara la madrugada del
Viernes Santo. Lo primero que se hizo fue diseñar la túnica de hermano
inspirándose en la película de Jesús de Nazaret, túnica igual a la actual que
llevaba el capillo bajo, como los hermanos del silencio, optándose que los
hermanos llevaran como atributo un farol de cera natural y en su brazo
izquierdo el emblema de la hermandad que no podía ser otra cosa que la corona
de espinas.
Y por fin llego la madrugada del Viernes Santo, el 1 de abril de 1994,
cuando las puertas de esta parroquia se abrieron por primera vez a las 1:30 de
la madrugada para que realizara su primer desfile procesional la cofradía.
Esa primera salida procesional fue muy diferente a como la realizáis
actualmente. El misterio era llevado sobre ruedas y estaba formado a parte de
la imagen del Señor, por la de dos soldados romanos, llevando como decoración
floral cinco azucenas que representaban los cinco misterios entorno a la
coronación de espinas. Solo un tambor al inicio de la procesión acompañaba
musicalmente a la cofradía. Su recorrido procesional fue el antiguo de nuestra
Semana Santa es decir, Toledo, Estación Vía Crucis, Plaza del Carmen, Azucena,
Prado, Plaza Mayor, Cuchillería, Ruiz Morote, General Rey, Mata, Delicias,
Lirio, Cruz Verde, Jacinto, Plaza de Agustín Salido, Altagracia, Estrella,
Elisa Cendreros, Calatrava, Toledo para entrar de nuevo en la parroquia.
Durante esta primera salida se meditaron cinco reflexiones del misterio de
la coronación. El primero en las carmelitas, que son madrinas de la hermandad,
el segundo en el camarín de la
Virgen del Prado, el tercero en San Pedro, el cuarto en las
terreras y el quinto y último en la iglesia de Santa María del Prado (Merced).
Un año importante en la historia de vuestra hermandad fue el año 1996, año
que el paso de misterio fue portado por primera vez por 32 costaleros a dos
hombros, siendo el primer capataz Francisco Muñoz Torija. Un año después en el
año 1997, la hermandad cambio su paso de misterio por el actual obra de Jesús
Méndez Lastrucci, pasando a ser portado a costal.
En 1998 se completaría el paso de misterio con la imagen de un sayón y la
incorporación como titular de la cofradía de Santa María del Perdón, que
sería portada en Semana Santa por una cuadrilla exclusivamente
formada por mujeres, siendo la primera mujer que ostento el nombre de capataz
en nuestra ciudad el de Rosa Caminero Díaz.
Hay un hecho de generosidad que vuestra hermandad realizó en el año 1998,
desconocido por muchos cofrades ciudadrealeños, que fue la cesión de vuestro
primer titular a la Cofradía
de Santa María Magdalena de Callosa del Segura (Alicante), para procesionarlo
ese año en esta localidad bajo el nombre del Cristo del Perdón, portado a un
hombro por mujeres.
El año 2000 también seria importante en vuestra corta historia, ya que el
paso de la Virgen
estrenaría palio y por primera vez la música os acompañaría en la procesión, ya
que el paso de palio fue acompañado por la Banda de Musica de San Juan Bautista de Abenojar.
El año 2002 vería como la uniformidad de los hermanos de túnica quedaba
como es actualmente, ya que fue sustituido el capillo bajo por el alto y el
farol dio paso al cirio como atributo que portan los hermanos.
Pero si hay un año que supondría el inicio del cambio de vuestra forma de
ser en la calle como hermandad, este sin duda fue el año 2003, cuando la Agrupación Musical
Santo Tomás de Villanueva acompaño por primera vez al paso de misterio y
vuestra hora de salida paso de la madrugada del Viernes Santo a la noche del
Jueves santo, procesionando este año a las 10:30, para pasar posteriormente a
las 7:30 de la tarde en el año 2008 y hacerlo definitivamente el Domingo de
Ramos en el año 2009.
Este es un breve repaso por vuestra historia, que ha ido unida siempre al
de la mujer costalera a partir del año 1998. Ya que la mujer y el mundo
costaril en Ciudad Real tienen una relación amor-odio que crea recelos en el
seno de las diferentes hermandades. La mujer, hoy en día, ya forma parte de los
órganos de gobierno de las hermandades y participa activamente en todos los
campos de acción de cualquier hermandad y cofradía. La mujer tiene desde hace
mucho tiempo un papel muy importante en la Semana Santa ,
camareras, nazarenas, acólitas, bordadoras, hermanas mayores, vestidoras de
imágenes...y en los últimos tiempos y no menos importante, costaleras.
Pero desde que vuestra hermandad optó por portar el paso de la Virgen a costal, muchas han
sido las tertulias que han discutido, si mujeres costaleras si, mujeres
costaleras no, mucho se ha escrito a favor y en contra y aun hoy en día muchos
son los que defienden que el portar un paso a costal solo debe ser una
tarea de hombres.
Personalmente, no he leido ni escuchado aún en ningun sitio el porqué de
que las mujeres no puedan portar un paso ya sea a trabajadera o costal.
Según veo, tanto el hombre como la mujer tienen dos piernas, dos brazos,
dos hombros, un cuello, dos ojos, una boca, una nariz, dos
manos...¿Entonces?¿Por qué los hombres si y las mujeres no?¿O es que alguien
tiene miedo de reconocer que una mujer puede trabajar mejor que un hombre bajo
una parihuela? Pues hay que reconocer que hay mujeres que deberían de dar clase
de costaleria a algunos hombres.
Aparte de todo esto, en lo primero que hay que pensar es en que las
costaleras que portáis el paso de Santa María del Perdón,
lo hacéis partiendo de un sentimiento y éste no entiende de género,
al igual que no es exclusiva en el hombre la FÉ.
Me preocupa que la gente, sobre todo costaleros, se preocupen más de si es
una mujer la que se mete debajo de un paso y demuestra que puede desempeñar el
trabajo costalero perfectamente, y aún más, me entristece que esos costaleros
que se preocupan por eso no lo hagan primeramente por saber qué representa
realmente lo que portan en sus pasos.
Así que desde aquí, a todas esas personas que consideran a la mujer
costalera una aberración en la
Semana Santa , a los que publican fotos mofándose de la mujer
costalera, a los que hacen críticas y comentarios negativos sobre el trabajo de
una mujer bajo un paso, y un largo etc... les digo que GRACIAS, porque gracias
a vosotros cada vez más la cuadrilla de Santa María del Perdón se ha hecho más
fuerte y hoy sus costaleras recorren la ciudad con plena conciencia de lo que
llevan sobre su cerviz, atentas a la voz de la capataz y poniendo en vilo el
ánimo de quienes contienen la respiración mientras ven elevar el palio.
Sienten que su Virgen puede hacer un milagro al pasar bajo cualquier balcón
o al doblar una esquina cualquiera, llevan el paso con mimo, lo mecen con
ternura, lo suben y lo bajan con la fuerza que da a veces la desesperación o
con la suavidad que permite el amor. Y la gente en las aceras vibra de emoción
en cada “levantá”. Siente acudir lágrimas a sus ojos en cada subida a pulso y
une su respirar al de las costaleras, entrecortado el aliento por el esfuerzo,
como si estuviesen ansiosos por ayudar para hacer más liviano el sacrificio.
Sed costaleras del Evangelio, llevad a la Virgen en lo alto, que no se hizo la luz para meterla debajo. Sois vosotras las que lleváis la Vida
mecida en bambalinas de palio. Sois vosotras el paso de la Virgen , el sentir sencillo de
un pueblo que por arma tiene su fe y por defensa su piedad de antaño. Esa
piedad que es lo único que queda al final junto al Amor entregado.
Y como ya dijo Peman, hoy también yo os digo:
Tú, costalera, que no sabes
Rezar la Salve , quizás:
Si cuando la saques, meces
el paso con buen compás
aunque no sepas la Salve ,
Dios te lo perdonará…
¡que mecer así a la Virgen ,
Ya es un modo de
rezar!
Una parte importantísima del culto de las hermandades son sus imágenes
titulares, en vuestra hermandad el Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de
Espinas y Santa María del Perdón. Cada imagen sagrada de nuestras cofradías
representa un aspecto de la vida de Jesucristo, de la Virgen o de los santos. De
alguna manera son un “micro Evangelio”: desde cada una de ellas podemos
acercarnos a la totalidad del misterio de Cristo. Por eso, para la Iglesia es necesario y muy
enriquecedor que haya gran variedad de imágenes sagradas: así se van mostrando
todos los aspectos del misterio de la redención, que en sí es inabarcable.
Una expresión de gran importancia en el ámbito de la piedad popular es el
uso de las imágenes sagradas que, según los cánones de la cultura y la
multiplicidad de las artes, ayudan a los fieles a colocarse delante de los
misterios de la fe cristiana. La veneración por las imágenes sagradas
pertenece, de hecho, a la naturaleza de la piedad católica: es un signo el gran
patrimonio artístico, que se puede encontrar en iglesias y santuarios, a cuya
formación ha contribuido frecuentemente la devoción popular.
Pero del mismo modo que la foto o la escultura de una persona no son esa
persona, así un cuadro o una escultura de Jesús no son Jesús. Sabemos que
estamos ante imágenes, representaciones que de alguna manera nos recuerdan
algún aspecto de la vida o del misterio de Jesucristo. Por eso distinguimos
entre venerar una imagen de Cristo y adorar al Hijo de Dios. La advertencia del
Antiguo Testamento no ha perdido actualidad. No rezamos a una imagen sino que
rezamos a Aquel que está representado por la imagen.
Y lo mismo que decimos de las imágenes de Jesús podemos decirlo de las de
la santísima Virgen o de los santos. A través de la veneración a estas imágenes
estamos adorando el verdadero Dios, que ha hecho maravillas en estas personas
transformándolas a imagen suya.
Del mismo modo podemos decir que nuestra particular manera de ser
cristianos –nuestra vocación cristiana- pasa por la asimilación personal del
misterio que representa la imagen que veneramos. Esto es lo que en lenguaje
cristiano se llama espiritualidad, que se refiere a ese conjunto de rasgos que
brotan de una experiencia espiritual y definen un particular estilo de vida
cristiano.
Y esta espiritualidad la compartimos todos los que veneramos las mismas
imágenes. Es más, podríamos decir que lo que nos caracteriza como cofrades es
precisamente esta particular manera de ser cristiano que brota de la
contemplación y veneración de nuestras imágenes titulares. Una contemplación
que se prolonga en la celebración de los sacramentos y en nuestra vida
cotidiana.
Nuestras imágenes titulares son algo especial para cada uno de nosotros.
Tenemos su reproducción en casa, llevamos su estampa en la cartera o en el
bolso, visitamos con frecuencia su altar y, cuando rezamos, inevitablemente nos
viene a la memoria su recuerdo.
¿Qué tienen estas imágenes que no tienen otras parecidas? La respuesta
entra dentro del terreno de la experiencia y la fe personal. Como todo lo que
brota del corazón, no sabemos explicarlo, pero sabemos que estas imágenes nos
“dicen algo”, nos hacen salir de nosotros mismos y nos ponen en comunicación
con “las cosas de Dios”. Sí, para cada uno de nosotros, nuestras imágenes
titulares son un medio privilegiado a través del cual Dios se nos comunica de
un modo particular. Podríamos decir que son las puertas –los iconos- a través
de las cuales nosotros vemos a Dios y Dios nos ve a nosotros. Por eso podemos
hablar de mirar la imagen de ser mirados por ella.
Las imágenes en nuestras hermandades y cofradías las tenemos destinadas a
sacarlas en procesión, término que viene del latín y significa “avanzar
caminando”. Es contrario a estación que significa “parada”. Cuando una cofradía
procesiona es porque recorre un tramo, y cuando estaciona es porque se para.
En Ciudad Real el Domingo de Ramos es un día deseado por todos los cofrades
y en especial los de la
Coronación de Espinas. A las cinco y media de la tarde inicia
su desfile procesional esta joven cofradía, las puertas de esta parroquia
se abren y la cruz de guía empieza su deambular por la ciudad. Los blancos
nazarenos empiezan su penitencia y tras las primeras insignias el primer paso
en cruzar la dificultosa puerta por su altura, es el paso de misterio del Santísimo
Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas. Nos presenta a Jesús con el rostro
acardenalado, el cuerpo semidesnudo, la túnica arrancada, la corona de espinas
en la frente. Jesús con toda su humildad ante la mofa y vejación de los
hombres.
¡Que cuadrilla de costalero llevas Señor! Que por tu amor arrastran las
rodillas y en cada paso hay un suspiro, hay un dolor, y toda una oración.
Cuanto sufrimiento para superar la puerta de la Merced. De rodillas que
es penitencia, rezando que es cristiano y llevando el paso de nuestra devoción.
Tras la buena labor de los costaleros y una vez que el paso inicia su
caminar, podemos contemplar a Jesús que ya ha sido sentenciado y
destinado a pagar el precio de su sangre por los hombres, sus hermanos
secuestrados por el mal y el engaño. Ha sido condenado a muerte y atado con
ataduras crueles; no sabían que así nos liberaba de las nuestras, ataduras
letales.
Que dura es la condena cuando son los tuyos los que a ti te sentencian
Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas, qué duro es oír esa palabra,
Jesús, cuando son tus hermanos los que te acusan y tiñen de rojo tu inocencia.
Los momentos más crueles de su pasión están muy cercanos, no hay solución,
es reo de muerte ¿quién como tu, Señor, representa la humanidad de Cristo? .
Cada rincón de Ciudad Real por donde pasas es un mundo, Jesús Coronado de
Espinas desde su paso nos devuelve en muchos casos la fe perdida y en otros,
nos la consolida; es como el perdón imposible que nos llega a cambio de nada.
Este Domingo de Ramos nos encontraremos de nuevo con Cristo Ultrajado y
Coronado de Espinas, símbolo de todas las crueldades de este mundo. Si eso
hacen con el leño verde ¿qué no harán con el seco? Tú, rey del universo,
coronado de afrentas, cuando ni el oro ni las piedras preciosas son dignos de
ceñir tus sienes. Si ese es el reconocimiento que tuvieron contigo ¿qué
crueldades nos aguardan? ¿qué dolores? . Y aunque a veces tengamos que
compartir el desprecio que Él mismo sufrió por manifestarnos públicamente como
cristianos y cofrades, nos queda un gozo inmenso porque experimentamos cada día
cómo Dios colma infinitamente nuestras aspiraciones.
Detrás del Jesús Coronado de Espinas, la Virgen , su madre, Santa María del Perdón que supo
resistir los dolores que Dios le predestino, que supo aceptar, no sin un
inmenso sufrimiento, la pasión y muerte de su ser más querido.
Los ciudadrealeños la admiran, la veneran, le dan gracias por soportar su
gran dolor, por no abandonar ni en la más difícil de las situaciones, por ser
Madre que todos necesitamos para tenerla como ejemplo de cómo aguantar las
intolerancias, las injusticias, los reproches, las soledades. Todos la siguen
con la mirada sintiéndose culpables del nudo de su garganta originado por el
dolor, de su respiración entrecortada por el llanto.
Santa María del Perdón, eres el espejo donde tantas y tantas madres ven
reflejarse su dolor y su pena; esas madre que sufren por ver que sus hijos caen
en la droga y no tienen trabajo y sobre todo de ese dolor que sienten las
madres que sus hijos las abandonan, tu eres su norte y su guía. Porque no hay
dolor más grande que el dolor tuyo, María. ¡Todos necesitamos tu perdón!, pero
nos pides que perdonemos. Quieres arrancarnos de nuestros corazones el peso
muerto del odio y del rencor.
Ve detrás, Madre mía, derramando la sal de tus ojos preciosos, que tus
costaleras mecerán tu palio, te acunarán entre varales, te acariciarán con
pañuelo de encajes, te cobijarán entre bambalinas, te iluminarán con la
candelería recta de los corazones enamorados.
Consolarla costaleras, convertíos en pañuelo sobre sus manos, para beberse
la sal que de sus ojos brotan. Cobijarla con el palio de tu amor, para que
tenga alegría de borlones y flecos, para encarcelar su pena con el cimbreo de
plata de los varales. Funde la cera de tu devoción en la candelería dispuesta
ante sus ojos, para fundir su pena con el fuego de tu alma encendida. Coloca
claveles y rosas para ofrecerle una primavera resucitada, un jardín de
oraciones, un vergel de esperanza que arome el aire de la noche del Domingo de
Ramos.
Entrelaza tus ruegos y tus promesas, tus amores y tus penas, y
conviértelos en candelabros de cola para llenar de luz las sombras de los
dolores de Santa María de Perdón.
Cofrades, nuevos tiempos y nuevos retos, pero siempre dispuestos a
lanzarnos a la calle con la confianza exigente que nos da nuestra fe, “Pobre de
mí si no anunciara el evangelio”. Los cofrades no nos reservamos a Cristo para
nosotros solos “Sentimos la exigencia de llevarlo a los demás”, pero utilizando
nuestro propio discurso estético y simbólico, discurso plástico de sonidos,
colores y olores elaborado a lo largo de los siglos.
Lancémonos a la calle para evangelizar, pero para evangelizar disfrutando,
que es como sabemos hacerlo los cofrades, para mostrar con nuestras Sagradas
Imágenes a un Dios cercano que camina por Ciudad Real y a su bendita Madre, que
nunca lo deja solo y que siempre lo acompaña.
Después de recorrer Ciudad Real, llega la Hermandad de la Coronación a la Parroquia de Santa María
del Prado, el Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas ha bendecido un
año más nuestras calles y plazas. Jesús sentado sobre su trono de piedra,
desnudo y malherido, vestido de su humildad de hombre descarnado que aguarda,
pacientemente, una Cruz que será todo su Reino en la noche del Viernes Santo. Y
detrás llegará Santa María del Perdón, la mujer que aguantara firme
y valiente hasta el final. No ha apartado la mirada de su Hijo, sufriendo su
tragedia y su dolor. Ella que es luz sobre la noche, joya de la Merced , depositaria de
nuestras inquietudes y centinela de nuestras esperanzas.
Ante tu paso, Santa María del Perdón, tus costaleras sienten el caudal de
tu gracia y la maternal caricia de tu amparo. Y cuando te alejas camino de tu
sitio en la Parroquia
de la Merced ,
todo el ser de tus costaleras va contigo, porque contigo quieren gozar de la
vida eterna.
Cuando faltan catorce días para que vuestras sagradas imágenes salgan a la
calle en una peregrinación de fe de una belleza insuperable, quiero reflexionar
en voz alta sobre estas manifestaciones que son una expresión hermosísima de la
fe de nuestro pueblo y al mismo tiempo un singular camino de evangelización. Os
pido hermanos de la
Coronación de Espinas que hagamos de las calles, templos de
nuestra, esperanza y de nuestro amor. Revivamos a Jesús en nuestras siluetas
penitentes. Semana Santa: Dios en nuestras imágenes, en nuestros pasos, y ojala
siempre, en nuestras vidas, en nuestro corazón.
En los próximos días, las calles de nuestra ciudad, acompañadas de un
intenso olor a incienso, serán escenario idóneo para enseñar al pueblo
cristiano, de una forma visual y estética, la Pasión , Muerte y Resurrección del Señor. Los
cofrades tenemos la obligación, y no sólo en estos días, de anunciar el
Evangelio y dar un verdadero ejemplo de vida cristiana.
Las procesiones son el culmen a un año intenso de trabajo físico y
espiritual en las diferentes Hermandades. No sólo debemos montar los pasos,
fundir la cera, o poner las flores, también debemos prepararnos espiritualmente
y limpiar nuestra alma acudiendo al Sacramento del Perdón.
Por estos motivos vuestra salida procesional de este año, debe ser ante
todo hermanos de la
Coronación , un acontecimiento religioso, una manifestación de
fe, en Dios Padre, que envía a su Hijo al mundo, para salvarlo y redimirlo con
su muerte del pecado y llamarnos a la vida, por su Resurrección. Este es el
acontecimiento que al revestirnos con las túnicas o llevar nuestros pasos sobre
costal, hombro o dos hombros, debemos vivir y celebrar todos, en comunión la
próxima Semana Santa.
Pero la procesión no termina cuando se cierran las puertas del templo. Los
cofrades vivimos durante todo el año de aquello que hemos sentido y expresado
en la procesión. La vida cofrade consiste en manifestar durante todo el año que
somos miembros de un Pueblo que camina, siguiendo los pasos de Jesucristo,
nuestro Hermano Mayor, capataz y capellán.
Voy a terminar: habéis llegado ilusionados… y a lo mejor salís
descontentos. Y esto ¿Por qué puede ocurrir? Sencillamente porque como cada
cual tiene su Semana Santa íntima, misteriosa y profunda y vive de un modo
especial su hermandad. Espera que desde aquí se diga más de lo que se puede
decir. La Semana Santa
y las vivencias en torno a una cofradía son inefables. ¿Quién puede coger el
alma de toda una cofradía, y mostrarla aquí, como si fuese una pintura? Nadie.
Para que salieseis contentos tendrían que bajar a decir el pregón los
mismísimos ángeles del cielo.
Todo está preparado. La
Cofradía de la
Coronación de Espinas está dispuesta otro año más a conmemorar
y representar el misterio en el que Jesús es coronado de espinas, que forma
parte de la Pasión ,
Muerte y Resurrección de Jesucristo, por lo que animo a todos a participar en
la procesión del próximo Domingo de Ramos. Os pido que vistáis la túnica y participéis
acompañando al Santísimo Cristo Ultrajado y Coronado de Espinas y Santa María
del Perdón, dejándoos llevar por los sentimientos, vivencias y emociones que en
torno a la salida de vuestra cofradía se producen.
Muchas gracias.